La “buena arquitectura"
Un ornato efímero de Juan de Villanueva para la proclamación de Carlos IV en Madrid, 1789
Victoria Soto Caba & Isabel Solís Alcudia
Los días 21 y 23 de septiembre de 1789 tuvo lugar en Madrid la proclamación de los nuevos reyes Carlos IV y María Luisa de Parma, apenas unos meses después del estallido de la Revolución Francesa y dentro del contexto conservador del despotismo ilustrado. Sin embargo, fue un momento caracterizado por los esfuerzos de una renovación estética que promovía los ideales del neoclasicismo.
Los festejos en torno a la proclamación dieron lugar a ornatos efímeros y decoraciones que embellecieron algunas de las calles de Madrid.
Los proyectos efímeros más interesantes, como los jardines pintados y las perspectivas, las fachadas telones de los palacios y los arcos triunfales, se construyeron siguiendo el recorrido por donde pasaba el séquito real. Se trata de un recorrido establecido en su esencia desde siglos antes, aunque en esta ocasión los ideales estéticos del neoclasicismo afectaron de forma innovadora a la decoración urbana.
El primer día, el 21 de septiembre, la carrera seguida incluía tres calles: la Calle Mayor, la Calle de Alcalá y la Calle de Atocha, formando un triángulo en el entramado urbano. A lo largo de este recorrido, algunos palacios y caserones fueron especialmente adornados con elementos decorativos efímeros.
El 23 de septiembre el séquito real siguió un recorrido diferente cruzando el tramo urbano que va desde la iglesia de los Jerónimos hasta el Palacio Real, a través de la Carrera de San Jerónimo.
También en esta segunda carrera se erigió una sucesión de ornatos y fachadas, que adornaban el centro de Madrid y modificaban profundamente su apariencia.
De todos los ornatos efímeros erigidos para la proclamación de 1789, el más sofisticado fue el realizado por el arquitecto Juan de Villanueva (1739-1811), considerado el mejor adalid del neoclasicismo en Madrid.
Fue construido en la esquina de la Calle de Alcalá y el Paseo de Recoletos, en un solar que pertenecía al duque de Alba. La propiedad incluía un palacio precedido por jardines y estaba muy cerca del Real Sitio del Buen Retiro y de la fuente de Cibeles.
Ornato efímero de Juan de Villanueva
En la Descripción de los ornatos públicos, obra editada en 1789 para perpetuar la fiesta de la proclamación de Carlos IV, el ejemplo proyectado por Juan de Villanueva se presenta como un ejemplo de "buena arquitectura, buen gusto y armonía". El texto describe la arquitectura y la decoración efímera de la siguiente manera:
“Toda la Escultura imitaba mármol blanco [...] Todo lo demas de la obra se imitó á piedra berroqueña”
La iluminación del ornato efímero
Otro elemento clave en las celebraciones fue la peculiar iluminación de las fachadas que permitió a los transeúntes contemplar las arquitecturas efímeras y adornos también durante la noche.
“Lo que no podemos menos de aplaudir, es la pompa de las iluminaciones; en donde no eran solo para celebradas la varia disposición de las luces de muchos colores, la grata claridad que resultaba de verse la luz y no la llama, y la gran copia de cerca de once mil vasos distribuidos en el aspecto exterior del ornato”.
La policromía del ornato efímero
En cuanto a la policromía del ornato efímero de Juan de Villanueva hay poca información, pero es probable que en aquellos días de septiembre de 1789 un joven discípulo de Villanueva, Isidro González Velázquez (1765-1840), hiciera algunos registros, como una acuarela conservada. De hecho, años después, en 1834, la retocó y la firmó en el anverso.
Esta acuarela es un documento excepcional que nos permite admirar la apariencia externa de la fachada del Ornato y el color logrado imitando el mármol y el uso de otros colores en tonos pastel.
Según la Descripción de los Ornatos, los colores claros y suaves caracterizaban los ideales de la "buena arquitectura".
Reconstrucción virtual del ornato efímero
Con el fin de digitalizar la arquitectura efímera de Juan de Villanueva y aplicarle un color inmersivo y experimental, sobrepusimos una "jaula de alambre" sobre la acuarela de Isidro González Velázquez.
Esta "jaula de alambre" es el resultado de un proceso de vectorización de la estructura del ornato.
The technical process of virtual reconstruction comprises four stages:
documenting
analyzing
modelling
presenting
El proceso comienza con un escaneado del grabado, sobre el cual se aplica una tecnología OCR para establecer una jerarquía dentro de las líneas y formas que componen su geometría. Los siguientes pasos son analizar los datos obtenidos, comparar la información y definir la aplicación policroma del ornato. En el siguiente paso, los criterios de reconstrucción digital (ubicación y geometrización) se definen aún más dentro de un proceso de modelado y mapeado. Obtenidas las siluetas en 2D y 3D, es posible generar una "jaula de alambre". Luego se produce un proceso de texturización, que da como resultado lo que se llama "sólidos de grises", necesarios para aplicar color a los elementos que componen la arquitectura.
El trabajo de Juan de Villanueva durante las celebraciones de 1789 ejemplifica los ideales estéticos de la “buena arquitectura". Estos ideales se materializaron en Madrid de acuerdo con las reformas urbanas introducidas por primera vez por Carlos III y continuadas por el nuevo monarca Carlos IV.
El comisionado de la Academia de las Tres Nobles Artes de San Fernando, Josef Moreno, a quien se atribuye la Descripción de los Ornatos, elogió algunas de estas decoraciones efímeras y arquitecturas, asegurando que si se erigieran como estructuras reales, es decir, no como artefactos temporales, el prestigio de Madrid aumentaría convirtiéndose en una de las capitales preeminentes de Europa.
No hay duda de que los artistas y diseñadores con más talento del momento participaron en este proyecto: los mejores arquitectos dirigidos por Juan de Villanueva, los mejores pintores al mando de Francisco de Goya, quien era teniente director de la Academia, y los más destacados escultores, ayudados por escenógrafos y un nutrido grupo de yeseros y otros artífices. Sin embargo, las circunstancias históricas detendrían cualquier esperanza de renovación, dejando estas construcciones efímeras simplemente como propuestas: fueron simplemente vestigios de un momento de pompa evasiva.
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–––––: “Temporary polychrome: colour digitization of the ornamentation for Carlos IV’s entry into Madrid, 1789”, en Cities in the Digital Age. Exploring past, present and future, coord. A. Gago da Cámaraet alt. Porto, edição: CITCEM, 2018, pp. 63-82.